miércoles, noviembre 02, 2005

Catalunya Nord

Es como saber de antemano què cosas no te vas a olvidar nunca, le decìa ayer a Ana. Quizàs sea la soberbia de la memoria fresca y en 20 años no recuerde que ayer, en el Cap de Creus, me emocionè de paisaje.
Cadaquès, Cap de Creus, Port Lligat: ayer fue una excursiòn con todas las letras. Salimos temprano en coche, AnaFede y yo, con mate y sanguchitos. Siesta en un claro, frente al mar; cafès con viento (arriba de todo); visita a la CasaMuseo Dalì (ningùn tonto Salvador, ir a construir su casita justo ahì!!) y cerveza en Cadaquès. Un dìa de esos lindos, largos, llenos de cosas.

Paris

If you are lucky enough to have lived in Paris as a young man, then wherever you go for the rest of your life it stays with you, for Paris is a moveable feast.
Ernest Hemingway

Hermosa y gigante Parìs. En el primer dìa, y por suerte, decidì que en sòlo 5 dìas lo màs disfrutable podìa ser dar algunas vueltas para tener una sensación de Parìs. Y un primer pantallazo.

Vuelos: casì perdì ambos vuelos. En el de ida, me ayudò el know how de Fede y, como me llevò al aeropuerto, resultò todo de diez. En el Charles de Gaulle, desplegué miradas de agitaciòn/terror/violencia y tonos de ayudàme-o-te-mato-que-no-puedo-perder-el-vuelo-.

Clima: aunque estaba pronosticado lluvia para esos dìas, un otoño ya en marcha me recibiò con todos sus colores y su vientito y sus escasas gotitas. Y las nubes preciosas.

Las iglesias : Notre Dame de Lorette, Saint Germain, Saint Sulpice, Notre Dame, Saint Eustache, Sainte Chapelle, Sacre Couer. En casi todas, en lugar de los conocidos bancos de madera, hay sillas de esas con asiento de paja. Très jolie.

Puentes: las ciudades atravesadas por un rìo tienen un plus de belleza. Es la quietud del agua y son los puentes. Pont des arts, Pont Alexander, Pont Neuf. Los puentes son, ademàs de bonitos, construcciones útiles y simbòlicas. Tanto si son pequeños como si son monumentales.

Alimentaciòn: baguettes (con pollo, cruditès, queso), kebabs, paninis. Sòlo me tranquilizaba saber que volverè y me desquitarè degustando los màs deliciosos vinos y cenando como se debe. Lo ùnico costoso permitido eran los cafè-au-lait avec croissant, s`il vous plaît.

Transporte : bàsicamente tomè el metro y el RER. Son 18 lìneas en total? No exagero. Ademàs el Batobus, el barquito èse que te lleva por el Sena. Sòlo faltaba Ethan Hawke.

Los museos: desde antes ya, tenìa por seguro visitar el Louvre, el Pompidou y el Orsay. A duras penas pude reservarme un dìa entero para el Louvre. Y a durìsimas penas alcancè a ver algo de la inmensitud que el museo alberga. Conmovedor.

Goyitas: un grupito de chicos ( guitarras-voz-percusiòn) en la placita de La Sorbonne;
England, England (Julian Barnes) que me llamò desde una estanterìa de Shakespeare &Co., ir al Sacre Couer de noche con esos completos desconocidos; las charlas nocturnas con los demàs en el hostel (specially el libanès, los suecos, los holandeses) ; un arcoiris sobre el Pont Alexander; el sol reflejando en los vitreaux y regando de color los muros del Sacre Couer; las lucecitas titilantes en el cambio de hora en la Tour Eiffel; el sol del otoño mientras caminaba por el cementerio de Montmartre; las esculturas del Jardin des Tulleries; la puesta de sol en la tour Eiffel.

En Saint Germain des Prés, en Montmartre o en Les Marais tuve, sencillamente, ganas de
quedarme a vivir.
En Parìs, durante 5 dìas, básicamente caminè. Recièn me di cuenta de cuànto habìa caminado cuando vì la ciudad desde lo alto de la Tour Eiffel. Tambièn saquè fotos, muchas. Y respirè y escribì y no me cansè de sentir.