Lo mío no es tan poético como Germán, pero claro tampoco tengo tanta poésia.
Detesto la histeria generalizada de los noticieros, de hecho hoy a la mañana en arriba argentinos (canal 13) se habló de desastre natural, qué les queda a los que los tapó el agua?
Como buen pagano instalé una virgencita en el cuarto de la impresora del laburo y empecé a eliminar mis pecados, no vaya a ser que Caro tenga razón y a Dios se le pase la mano con las plagas y la próxima sea de Mauros Viales, o Chiches, yo me suicido.
Caro, vos sos una de las responsables de que esté en este mismo momento trabajando en ese proyecto. Me tranquiliza (y muuucho) tu pregunta, porque uno (ego, en este caso) en realidad todavía no sabe muy bien para qué un blog. Es algo... entre compulsivo y quijotesco, en todo caso, pero es bueno saber que va a haber al menos una lectora (pero no se trata de lectora, fijate que acá la palabra técnica es más adecuada: contacto) que justifique el empeño. Sólo con eso alcanza. Serás la primera en enterarte de la primera entrada. Y gracias por estar, como me dijiste vos a mí alguna vez.
Estimada Caro, La verdad es que entré por recomendación del señor Germán al cual, el mayor de mis respetos. El blog está bueno, es distinto, lo cual no es poco. Si podés date una vuelta por www.godot.323.com.ar Saludos
Lo magnífico de las redes. La confección de una comunidad, dicho en el pleno sentido de la palabra, de hacer común algo, entre diversos participantes. Una comunidad extraña, que se comunica en un contexto de incomunicación absoluta, la del mundo, la de los horrores, la de los vacíos... Una comunidad que comienza a funcionar a veces sin que nos conozcamos. Una línea lleva a otra, mirá, esto es lo que yo escribo, lo que pienso, lo que siento. ¿Me leés? ¿Me decís lo que pensás? Y entonces cede la suspicacia que uno tiene frente a la virtualidad de las pantallas, que es evidente que detrás hay alguien que también, como yo, como vos... Una palabra lleva a otra, un pensamiento a otro, hay quienes de algún modo se van juntando, que para eso Dios los ha criado, según dicen. Vale la pena. En un momento donde la gente se asesina, porque se desconoce, porque está imposibilitada de reconocer que quien está delante, del otro lado del misil, del cuchillo, de la bomba, de la bala, es también una persona, cualquier intento por reconocernos, por unirnos, por pensar de alguna manera juntos, no puede sino ser bienvenida. ¿Y qué son todas estas palabras? No lo sé. Hay cosas que hoy me causan tanto asco, Caro, que necesito reconfortarme de algún modo descubriendo en otras cosas la luz de una esperanza. No sé si es poesía, Macedonio. Aunque como alguna vez escribí a veces pienso que sólo el arte puede redimirnos. Acaso estas palabras, las mías, las tuyas, las del otro, sean como las hojas secas del castaño. Lo cual, si así fuese, no sería poco.
7 comentarios:
1) ¿Nadie te dijo nunca que podés ser muuuuy críptica?
2) ¿Y que a veces podés ser demasiado "apocalíptica"?
3) ¿Nadie te dijo nunca que lo tuyo bien podría ser el haiku?
4) ¿Nadie te dijo nunca, por ejemplo (abro el libro al azar), que...
"las hojas secas
son como el testamento
de los castaños"?
Si querés, hacé de cuenta que te lo dijo una vez Mario Benedetti. O si preferís, que una vez te lo repetí yo, solamente para que.
Un beso.
Lo mío no es tan poético como Germán, pero claro tampoco tengo tanta poésia.
Detesto la histeria generalizada de los noticieros, de hecho hoy a la mañana en arriba argentinos (canal 13) se habló de desastre natural, qué les queda a los que los tapó el agua?
Como buen pagano instalé una virgencita en el cuarto de la impresora del laburo y empecé a eliminar mis pecados, no vaya a ser que Caro tenga razón y a Dios se le pase la mano con las plagas y la próxima sea de Mauros Viales, o Chiches, yo me suicido.
Germán: gracias por decir eso que nadie (me) dijo nunca. Y por el susurro de Benedetti.
Te acordás de aquello?
se incendió mi casa
ahora nada me impide
la visión de las estrellas
Macedonio: también me resulta detestable la histeria.
Pero esto era más bien un chiste al levantarme de la siesta del año.
(Gracias por pasar).
Mauro y chiche: a veces puede ser tan lindo ser arremolinados por algunos vientos!
Germán,
hay que esperar el reinicio de la cursada para que vuelvas a escribir? Y un blog paralelo?
Caro, vos sos una de las responsables de que esté en este mismo momento trabajando en ese proyecto. Me tranquiliza (y muuucho) tu pregunta, porque uno (ego, en este caso) en realidad todavía no sabe muy bien para qué un blog. Es algo... entre compulsivo y quijotesco, en todo caso, pero es bueno saber que va a haber al menos una lectora (pero no se trata de lectora, fijate que acá la palabra técnica es más adecuada: contacto) que justifique el empeño. Sólo con eso alcanza. Serás la primera en enterarte de la primera entrada. Y gracias por estar, como me dijiste vos a mí alguna vez.
Estimada Caro,
La verdad es que entré por recomendación del señor Germán al cual, el mayor de mis respetos. El blog está bueno, es distinto, lo cual no es poco.
Si podés date una vuelta por www.godot.323.com.ar
Saludos
Lo magnífico de las redes. La confección de una comunidad, dicho en el pleno sentido de la palabra, de hacer común algo, entre diversos participantes. Una comunidad extraña, que se comunica en un contexto de incomunicación absoluta, la del mundo, la de los horrores, la de los vacíos... Una comunidad que comienza a funcionar a veces sin que nos conozcamos. Una línea lleva a otra, mirá, esto es lo que yo escribo, lo que pienso, lo que siento. ¿Me leés? ¿Me decís lo que pensás? Y entonces cede la suspicacia que uno tiene frente a la virtualidad de las pantallas, que es evidente que detrás hay alguien que también, como yo, como vos... Una palabra lleva a otra, un pensamiento a otro, hay quienes de algún modo se van juntando, que para eso Dios los ha criado, según dicen. Vale la pena. En un momento donde la gente se asesina, porque se desconoce, porque está imposibilitada de reconocer que quien está delante, del otro lado del misil, del cuchillo, de la bomba, de la bala, es también una persona, cualquier intento por reconocernos, por unirnos, por pensar de alguna manera juntos, no puede sino ser bienvenida. ¿Y qué son todas estas palabras? No lo sé. Hay cosas que hoy me causan tanto asco, Caro, que necesito reconfortarme de algún modo descubriendo en otras cosas la luz de una esperanza. No sé si es poesía, Macedonio. Aunque como alguna vez escribí a veces pienso que sólo el arte puede redimirnos. Acaso estas palabras, las mías, las tuyas, las del otro, sean como las hojas secas del castaño. Lo cual, si así fuese, no sería poco.
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