miércoles, septiembre 27, 2006

that´s the meaning of happiness

No hay que hacer lo que hice ayer. Es perjudicial comprarse un disco ansiado y no poder ir corriendo a casa para la primera escucha.
Ayer, antes de alemán, bajé en Zival´s (donde muchas veces deseé quedar encerrada). Adquirí 12 segundos de oscuridad. Emocionada, salí, rompí con los dientes el imposible envoltorio y hojeé el librito, deleitandome con el arte de tapa y aún consternada por la noticia y esa nueva mujer, en parte musa del disco. Cuestión que me pasé toda la clase esperando el fin de la bendita clase. Finalmente llegó el momento y fue un placer total.

y esta mañana:

Llueve y el cielo y la tierra se chocan entre sí
se atragantan las alcantarillas

y más después:

Augusto y su colección de rarezas me regala
* dos canciones que jamás había escuchado:
- Milonga del encuentro
- Zamba de Marisa

* dos en vivo:
- Frontera (con un Drexler afónico que es una risa!)
- Milonga paraguaya (en el Club del Vino)

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Obviemos por un momento el hecho de que sea ilegal... ¿No te dio ganas de colgar en tu blog alguna de estas canciones?

(Cuánta música hay que no conocemos. Cuánta más que nos moriremos sin haber escuchado jamás... Eso es lo dramático de una vida demasiado breve. Too many songs. Too little time!)

Toro dijo...

Caro! Cuánto está ese CD? Vale la pena? Me cabe Drexler, pero no sé si comprar o no...tell me (?)

c. dijo...

Toro,
eso da para discutir tanto como cuando dicen: esa película es para dvd o cine o cable. (?!!?)
para mi no hay muchas vueltas: si hay dinero hay que comprar discos!
(Cuesta $27 tapa de plástico y $35 de cartón).

Es un disco bello.

Toro dijo...

Si te consuela(?), lo bajé y estoy picando ahorita mesmo...gusta!
Y por eso, lo compramos en su versión cartón. ;)

c. dijo...

germán, acá se vuelven a poner en descubierto mis deficiencias con esto del blog: aunque quisiera, aunque me importara un pito eso de las leyes no sabría cómo colgar música.

toro, tú mismo: que aproveche!

Anónimo dijo...

My Dear, muchas, muchas gracias por el envío. No sólo por Satie, ni por Loussier, que de por sí valdrían el agradecimiento, sino sobre todo, y muy especialmente, por el gesto encantador de.

Sobre tus supuestas deficiencias, y por si quisieras investigar un rato: podés ingresar en http://odeo.com, registrarte allí como Podcaster (Wanna be a podcaster, baby?), y seguir las instrucciones. Bajás el archivo de audio en cuestión a tu compu como MP3, lo cargás en el Odeo, y luego copiás un código de HTML en el post de tu blog. Podés ver en BM (bitacoramundi, of course) un ejemplo de cómo queda el post una vez enviado. Si yo pude hacerlo, es porque es muy fácil. See you.

Toro dijo...

1) En mi blog pregunté ¿còmo caiste?, pensando que no eras vos (?). Es que linkeaste otro blog, no este. Fijate(?)

2) Callejeros, Arbol y Arbolito, todos objetos flamables(?)

Qué pelotudo!...la posta es que salvo algo viejo de arbol, son todas mediocres/malas/sosas/similares. Escuchá Cielo Razzo o No Te Va Gustar.

c. dijo...

un día de estos voy a volverme podcaster, sin dudas.
ahora paso por BM a chusmear eso (siempre paso).
¡Y no me decís nada del disco!

Anónimo dijo...

El disco, Caro, es una maravilla por partida doble. Lo que pasa es que tu gesto me gustó tanto que la música quedó en segundo plano. Pero vamos al debido comentario.

Veamos: Jacques Loussier se dedicó especialmente a realizar versiones jazzeadas de piezas barrocas de Johann Sebastian Bach. Cuando vino a Buenos Aires, hace varios años, para Festivales Musicales, se metió también con Vivaldi, Ravel y no recuerdo ahora qué otros compositores. Pero hay músicas que soportan mejor que otras la traducción de un género a otro. Bach tiene la ventaja de tener una base (entonces se decía bajo continuo, pero en definitiva es el mismo concepto que la base del rock o del jazz) que permite una traducción relativamente simple, manteniendo el concepto melódico y variando simplemente el ritmo. Recuerdo que el Ravel no me gustó. Y por algún motivo, que no tiene que ver con la presencia o no de un continuo, tampoco el Vivaldi. Así que cuando ví Satie... dudé.

Porque Satie fue un miniaturista delicioso, con sus Gnossiennes y sus Gymnopedies, pero también un tipo extremadamente exótico. Debussy hizo maravillas orquestando algunas de esas miniaturas, ¿pero hasta dónde sería posible llevar adelante una transformación de esas músicas?

Sin embargo, Loussier hace un trabajo magnífico. La melodía prevalece, la miniatura parece haber nacido jazzeada, sin perder la virtud de su originalidad.

¡Ahora me dieron ganas de escuchar una versión de Loussier de las Vejaciones de Satie! Y para que se entienda me permito la cita a mí mismo, tomado de otro contexto, luego de despedirme con un besote y agradeciéndote de nuevo tan magnífico presente, que prometo retribuir a la brevedad como se debe. Y dice:

"Ochocientos cuarenta son las veces que deben ser interpretados los 52 compases que integran la obra “Vejaciones”, de Erik Satie, para piano solo, compuesta en 1894. De este modo se alcanzan las veinte horas de duración vislumbradas por el autor como ideales para su pieza. No en vano Claude Debussy definió en su momento a su amigo y colega como "un músico medieval y dulce, perdido en nuestro tiempo."

¡Qué comentario tan extenso!... Disculpame. Es que me pongo a hablar de música y... ya ves.

c. dijo...

Ay Germán, gracias por ese comentario! Me hiciste acordar que allá por 2001 Mariano (mi hermano, "el renacentista") me contaba de Satie y de las Vejaciones x 8, esa forma de protesta que llevaron adelante en el Conservatorio.
(¡Qué de cosas guarda la memoria!)
En fin, que soy capaz de dar estos puntapiés sólo para que los comentes.