Para lo único que salgo de este encierro de estudio es para ir a la kinesióloga. Todo lo que venía avanzado atrasé este semana espantosa. Ayer volvieron las puntadas.
Mentí. También salgo para sacar a Nina. Ya que estoy anclada en la silla y no juego con ella, al menos la saco lo justo y necesario. Y hoy me crucé con Mi Vecino. Lo amo en silencio.
Me falta menos. Las reflexiones bobas de siempre. Qué onda esto de estudiar bajo presión (temporal).
Esto de postear alivia un segundo el malestar. Me distraigo. El tema no es ése, porque tengo tanta capacidad de distracción (en estos casos) como capacidad de patinarme la plata. O, lo que es lo mismo: no tengo capacidad de atención (en esto de estudiar así) ni de ahorro.
Encima mañana la despedida. Y tener que hacerme la divertida. En fin.
2 comentarios:
me anoto para las empanadas de carne!! O, si querés, las hago y te venís a casa (cuando termines este último tramo).
besossss (y ánimo... ya queda menos)
Pocas cosas tan terribles como tener que hacerse el divertido... Tal vez ser como uno es (muy poco divertido, o sea) cuando todos esperan que seas divertido. O sea que la cuestión no tiene remedio.
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