iba por piedras y ella iba como a 5 por hora casi arrastrando los pies y apoyándose en el bastón y empezó el bajadón y la alcancé -sin querer- y le hablé - instintivamente- y la tomé del brazo con toda la delicadeza del mundo y bajamos despacito juntas y me dice - con esos ojazos azul-transparentes -
es que no se dan cuenta que tiran agua con jabón y es como para resbalarse... y casi me morí porque todo era de una ternura con ese sol y ay, me agradeció con un
gracias, corazón y entonces la que se cae casi soy yo.