Sí, se bien
que nunca seré alguien.
Sé de sobra
que nunca tendré una obra.
Sé, en fin,
que nunca sabré de mi.
Sí, mas ahora,
en tanto dura esta hora
esta luna, estos ramos,
esta paz en que estamos,
dejadme que crea ver
lo que nunca podré ser.
[pessoa, 1931]