tomé prestado de una biblioteca amiga un librito: el elogio de la lentitud, owe wikström. lo leí en el malabia-san juan ida y vuelta de modo posmoderno: un poquito acá y otro allí, salteado, por párrafos. ese libro tiene que estar previsto para esa lectura. no dice nada nuevo. nada. en la contratapa se enorgullece con un 70.000 copias vendidas en suecia. lo único que me quedó resonando es la idea de la función meditativa del trabajo manual. eso y que me dieron ganas de leer a lin yutang y a dostoievski.
1 comentario:
No lo leí. Pero un libro que se llame "El elogio de la lentitud" no debería haber sido escrito para ser leído en el subte ni en un bondi, me parece...
Acaso sí sentado en un inodoro. Siempre y cuando nadie más necesite el baño, claro.
Si consigo una copia, voy a hacer el intento, lo prometo.
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