Señorita Olga Cossettini:
He leído El niño y su expresión, y sentí de inmediato la necesidad de escribirle, para que supiera usted de mi admirado reconocimiento ante la obra que se lleva a cabo en la Escuela de su dirección. Obra que --y es triste tener que afirmarlo en esta tierra joven donde todo parece viejo-- se alza como una excepción, como un ejemplo solitario que ignoro si será escuchado. Su libro, señorita Cossettini, donde junto a sus palabras claras y llanas se nos muestra a la pura poesía de esos poemas y esos cuadros, duerme acaso ya en los anaqueles olvidados. Yo no puedo olvidar a sus chicos y a usted. Leí y ví esos milagros frutos de la espontaneidad bien encaminada, y creí comprender la viva lección que de todo ello surge. Por eso, no crea usted en esta carta un elogio circunstancial; créame íntimamente ligado a todos los que, con usted a la manera de guía, intentan una escuela que no mutile a los niños, que ayude a su creación purísima. No sé si esta carta, alejada de cánones retóricos, le expresará a usted mi aprecio y mi admiración. Pero pienso que sí, porque usted vive plenamente, y busca que sus alumnos logren esa total expresión del ser, virgen de postulados y preconceptos. Por eso, que queden estas frases mías como claro testimonio de amistad y comprensión. Para usted, para las maestras que la han comprendido y la acompañan, y para todos esos chicos admirables --que quisiera poder nombrar uno a uno-- el saludo y la gratitud de un colega a quien la distancia no aleja de tanta belleza y tanta claridad".
Julio Florencio Cortázar
Escuela Normal Chivilcoy
F.C.O. Buenos Aires
2 comentarios:
Nada mejor para este 11 de septiembre.
Che, Cortázar se llamaba Florencio?
Oooooh...
hermoso (escalofrios)
gracias por estas presencias!!
j.
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