domingo, septiembre 09, 2007

sobre aquel asunto sigo reflexionando. voy registrando la ciudad por zonas de abundancia e inexistencia de teléfonos públicos en funcionamiento. descubrí, por ejemplo, cómo se esos bichos injertados en las veredas no quedan en la avenidaregimientodepatricios. a los que no andan ya no los reparan. cuando gise a los 12 se mudó a suiza me contaba: si no anda más se tira. en la calle hay sillones y lavarropas que nadie junta.
por la misma razón me vi en un locutorio recién asaltado, con vidrios rotos y patrullero enfrente, en obvio desuso. mucho antes había pasado en plena reunión un cartelito a una compañera: mandá a este número este mensaje. no manda, me respondió al rato.
hoy lo mismo: suena suena suena. ni atiende el destinatario ni hay contestador.
¿y entonces? ¿de qué me quieren convencer?

2 comentarios:

jorgehue dijo...

registros de la ciudad (moderna) y asuntos con caballos:
1. ayer a la tarde iba un flaco en moto, por la avenida 80, que tenía del cabestro a un saino, al trote el pobre (y con crines y cola perfectamente recortadas). El animal se detuvo en el semáforo en rojo como si lo entendiera; ni un tironeo.
2. hace un rato, en la esquina de 55 y 10, estuvo a punto de atropellarme un catango con un flaquísimo tordillo embarrado. Y eso que él venía por la izquierda.

c. dijo...

qué lindos los caballos! y qué cívico aquel que viste!
(y qué lastimita me dan el deterioro de los que usan para trabajar aunque ya sepamos.)