hay días cortos que comprenden sacar algunas fotos, mirar por la ventana, correr un poco, leer algo, comer chipas e ir a yoga.
hay días largos que te transportan por toda la ciudad. de tu barrio a la porquería de asistencia obligatoria por una beca de morondanga en san telmo. volver a casa a comer, bañarse, descansar un cacho. vuelta a salir, destino la boca. pintar unas mesas de budweiser con aerosol rojo y quedarse de hombros alzados cuando alguien dice: che, quedó rojo y blanco. (caer 10 minutos después). a pasitos - qué delicia- el cumpleaños con aroma a curry, cúrcuma y jengibre. me pegó el aerosol, no es joda. además hablamos de emisiones de co2, música de las esferas, aullido de las estrellas o efecto dopler. todo es posible. el bueno de jsg te lleva hasta tu casa. eso es recorrer media ciudad. tomamos calles desconocidas. seguimos en capital?; ¡por acá vive castagnino!; lo único que sé decir. casa, cambio y fuera. a tirarle palitos a la perra. un poco de rouge y a la paternal: segundo cumpleaños de la noche. la pucha qué frío. pero adentro hay calor de fabulaciones y comida y una biblioteca que te abraza. eh, un año sin vernos. sí, pero igual yo te leo. (nunca me acostumbraré, nunca me acostumbraré). su chico es el rey de las historias. captó toda la atención con el relato: lo que le costó (a él) el amor de laura. aaay; noooo; y el beso, y el beso?; era ahí tonto!; bramaba la audiencia. [la mejor anécdota del mundo: sale corriendo del bar al verla pasar por la ventana con el decamerón bajo el brazo: te gusta boccaccio?, tartamudea]. también nos develó el secreto de lo temporal. un año antes nos contaría sobre la casa del mal. laura, una reina, sonreía y hacía pequeñas acotaciones. también canciones guitarreadas y mucho vino. aumentó el taxi, sí, pero qué lindos son también los días largos.