viernes, noviembre 09, 2007

Más que tomar la palabra, hubiera preferido verme envuelto por ella y transportado más allá de todo posible inicio. Me hubiera gustado darme cuenta de que en el momento de ponerme a hablar ya me precedía una voz sin nombre desde hacía mucho tiempo: me habría bastado entonces con encadenar, proseguir la frase, introducirme sin ser advertido en sus intersticios, como si ella me hubiera hecho señas quedándose, un momento, interrumpida.


L'ordre du discours (1971)


3 comentarios:

aldo pellegrini dijo...

ser hablados por un otro, todo un dilema existencial. pensar que lo dice, además, foucault, y a través de él, saussure y tantos otros devenidos verso.
che, haceme caso y venite a lo de BIFO hoy a la tarde, lo que te dejé en el mail. va a estar bueno (mierda de macri! ¿por él también somos hablados? ¿o preexiste la frase, de la que el se apropia? ¿el eterno retorno de la polifonía, quizás?)

salud y alegría!

c. dijo...

ya había optado y me fui a yoga.

(soy una fundamentalista, ya se)

Anónimo dijo...

fundamentalista... jajaja
(espero que no te lo hayas creído)

emoción, eso me produjo ese post, del que tomo tu juramento con la misma sensación con que se toma un jazmín, y se le roba el perfume, tratando de que no se marchite. que nunca se marchite.

cuantas nocheslluviosasdemagia fueron esa noche. lacervezalapizzatusmanostupalabra
me vale esa forma de no estar de acuerdo, me vale por un tiempo