miércoles, enero 30, 2008

3 comentarios:

Anónimo dijo...

qué bueno que haya música e imágenes que hablan de vos!!

estuviste en Moconá?? qué energía prolongada e impetuosa y extrañamente serena...

te pienso, te imagino, escuché tu voz y tu tristeza y, más adentro, acaso tu desazón; no sé. deseo que algo del Moconá vaya habitando dentro tuyo (dejalo entrar)
te quiero
j.

Anónimo dijo...

buenas,

como no tenés comments habilitados, acá va una intervención literaturesca que, en su pliego de condiciones, la exige (je):

Alemania, Bertolt Brecht

Hablen otros de su vergüenza.
que yo hablo de la mía.


¡Oh Alemania, pálida madre!
Entre los pueblos te sientas
cubierta de lodo.
Entre los pueblos marcados por la infamia
tú sobresales.

El más pobre de tus hijos
yace muerto.
Cuando mayor era su hambre
tus otros hijos
alzaron la mano contra él.
Todos lo saben.

Con sus manos alzadas,
alzadas contra el hermano,
ante ti desfilan altivos
riéndose en tu cara.
Todos lo saben.

En tu casa
la mentira se grita.
Y a la verdad la tienes amordazada.
¿Acaso no es así?

¿Por qué te ensalzan los opresores?
¿Por qué te acusan los oprimidos?
Los explotados
te señalan con el dedo, pero
los explotadores alaban el sistema
inventado en tu casa.

Y, sin embargo, todos te ven
esconder el borde de tu vestido, ensangrentado
con la sangre del mejor
de tus hijos.

Los discursos que salen de tu casa producen risa.
Pero aquel que se encuentra contigo, echa mano del cuchillo
como si hubiera encontrado a un bandido.
¡Oh Alemania, pálida madre!
¿Qué han hecho tus hijos de ti
para que, entre todos los pueblos,
provoques la risa o el espanto?
(1933)

aunque no me gustan mucho los versos "realistas", como ví más arriba unos muy buenos sobre Alemania, decidí posteartelo. de la traducción de mi librito, a la que encontré en la net, se puede decir que hay una poesía nueva. ya lo decía benveniste, la traducción es un acto de creación/invención...


salud y alegría.

Anónimo dijo...

ah, otra cosa, tenés foto del dibujo de al lado del celular que posteaste? y qué dicen, aunque lo entreveo, algo precariamente...