jueves, junio 19, 2008


Apacibles, en su reino seráfico, estables en su crédulo corazón. Así, esta mesa domina el arte de persistir en su sitio. La inercia es el compromiso de la materia. No obstante, no parecen ajenos a nuestra conciencia.
Su silencio ejemplar mide la inocencia pero a veces, en medio de la noche, crujen y gimen sus tendones más débiles buscando su reposo natural.
De este modo, revelando sus pesadillas su oscura dramaturgia nos recuerda la responsabilidad humana de no haber creado sino cosas mortales.

dramaturgia de los objetos
J. Giannuzzi