lunes, marzo 02, 2009

miércoles 21
no se puede negar que el otoño ha sido puntual este año; empezó en realidad ayer, con una llovizna persistente, y hoy se afirmó con una borrasca que va durando todo el día. me aterra la velocidad con que pasó el verano; ese tiempo de verano que para mí siempre fue un infierno interminable, que parecía durar vidas enteras. mi estrategia de aire acondicionado, novelas policiales y computadora me mantuvo en estado de trance casi permanente, y no diré que hoy he despertado como la Bella Durmiente del Bosque, con el beso del príncipe Otoño, ni que estoy funcionando a toda máquina, pero sí que abrí los ojos lo suficiente como para aterrarme por esa pulverización del verano que, en definitiva, no viví. no se puede tener todo, y si consigo eliminar el sufrimiento pierdo simultáneamente una cantidad de otras cosas. pero la verdad es que lo pasé bien, lo que sea a esta altura de la vida y de las circunstancias es mucho decir. sólo que esa desaparición casi instantánea de la cuarta parte del año da para pensar.

m.l.

en ese estado de irrealidad en que nos dejó el hecho de acostarnos con el sol alto (nosotros que nos hemos vuelto muy diurnos) ayer mencionamos con alegría el inminente inicio del otoño (que para los plátanos de mi cuadra siempre adelanta) y festejamos la lluvia. el calor pegajoso de hoy se ríe en nuestras caras.

1 comentario:

ziNziA dijo...

qué feo el calor pegajoso pero qué lindo el pegote caliente!