martes, mayo 12, 2009

La tortura del barbacuá.

La temperatura es tan alta que parece imposible aguantar más de unos minutos. Pero, qué quiere decir alta? Lo sabremos en el catre - una especie de barbacuá perfeccionado y plano- de la Industrial Paraguaya. Allí el termómetro ubicado junto a las bocas de fuego marca inequívocamente: noventa grados centígrados, que significan setenta grados arriba, donde trabajan los secadores.
- Es poco- se lamenta Mr. Bramford, y no sabemos si bromea cuando añade-: Lo ideal es ciento veinte grados abajo y cien arriba.
Arriba, la escena parece arrancada de un sueño. Sobre una altiplanicie de hojas que se pierde en largas penumbras, flotan los vahos blanquecinos de la yerba secada, su perfume bruscamente intolerable. Como sombras de otro mundo armadas de horquillas, se mueven media docena de hombres.
Este, que sin duda es el trabajo más insalubre del mundo, es también la cumbre del oficio del peón yerbatero, la suprema ciencia y la suprema recompensa: el urú gana la extraordinaria suma de 67 pesos la hora.
El sesenta por ciento de la yerba de Misiones se seca de este modo. El resto, en instalaciones mecánicas de secanza rápida. Pero todo el mundo sabe que la yerba de catre o de barbacuá tiene otro sabor...




Rodolfo Walsh
(años 66/67).
en El violento oficio de escribir, Ed. de la flor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

tenés ese libro, Caro? sabés que se reeditó? para mí, es impresionante ese libro de Walsh
besote
jor

c. dijo...

nos lo mostraste vos, amigo, y fue uno de los regalos de ari para mi cumple.

Anónimo dijo...

menos mal que ese no es mi regalo!!!
(cuándo te lo podré dar?)