era como lo que yo me imagino que se hacía en la colimba: pasás por un cosito, después por otro y por otro. 5 tests en 40 minutos. el cuerpo es sólo un objeto de estudio.
algo parecido -me acuerdo mientras lo escribo- por lo que pasamos todos aquellos que sacamos la famosa libreta definitiva. sólo que en hidalgo (era hidalgo?) se hacía el recorrido como de a veinte por vez.
de ahí, un colectivo con colectivera capísima, que en 2o minutos recorrió cordoba del 500 al 5500. lujo. a dejar un trabajo para ser examinado antes del 20, día en que otra vez me examinarán. (y que no será la última vez). me había dicho: tal dirección, todo el día. me debatía si oficina o domicilio. llegué, dije, oohhh, qué lindo edificio: chiquito, solito en la esquina, con cúpula, hierro forjado, flores. primor. portero. subo. ¡era el domicilio!. qué suerte. me tiró abajo la ecuación docencia-miseria. pero quién dice que ese hogar se hizo con un salario simple de la uba. ilusa.
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