sábado, septiembre 10, 2011

lecturas

Pareciera ser que la diversidad sexual es la única población a la que se le exige que su descendencia no sea como ella. A la comundidad sorda no se le pide que sus hijos no sean sordos. A los judíos no se les pide que sus hijos no sean judíos ni a los gordos que no sean gordos. Tampoco se les piden que demuestren resultados satisfactorios de antemano. Ninguna comunidad se ve en la necesidad de demostrar que sus hijos e hijas seran inteligentes, afectivos, o que sus familias serán mas contenedoras, solidarias y solventes. Los derechos deberían sólo ser derechos sin que por su ejercicio fuera necesario solicitar permiso a cambio o demostrar realidades posiblemente sesgadas. (...) La igualdad de derechos no puede basarse en una familia ejemplar.

Gabriela Bacin, Familias comaternales: antes y después del matrimonio igualitario, 2010.

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