domingo, abril 01, 2007

en esta misma cuadra vive una mujer con retraso mental. su apariencia (física) refuerza la contundente afirmación, si hubiera lugar a dudas. como no tiene un sorongo que hacer pasa mucho tiempo afuera, en la vereda, conversando con porteros de edificios aledaños. la pobre señora tiene una perra de color negro. nina tiene empatía con ella. con ella y con los drogadictos del parque centenario. [nina, se sabe, es amante de las causas perdidas]. trato, en lo posible, de evitar a la mogólica. porque habla a los gritos y porque se le entiende poco. y porque no quiero esforzarme en ser cordial. recién, sin embargo, a la vuelta del paseo dominguero, me interceptó:- estaba haciendo cerámica fría, una tortuga estaba haciendo y la mía me pidió para salir, me comenta. (siempre se refiere a su perra como la mía). sonreí mientras llamaba a nina y caminaba esos treinta metros que separan las puertas de nuestros edificios. abriendo la puerta escuché alguna recomendación que reconstruí como:- no vayas al parque, no vayas no vayas. ahí están matando a los perros. y a las gallinas.