jueves, junio 26, 2008

A Ana María Barrenechea

“París, 21 de marzo de 1960

Querida Anita:

(…)

A todo esto vos me has sumido en la más profunda de las estupefacciones, porque en este mundo uno cree conocerse un poco, y un buen día aparece una persona que a uno le merece el más alto de los respetos, y esa persona empieza a decir cosas de uno que no se sospechaba en lo más mínimo. Imaginate mi asombro y casi mi pavor al enterarme, gracias a tus clases, que yo suelo abundar en el estilo indirecto libre, o que me agazapo en forma de narrador fingido, sin contar que a veces me planto en el estilo directo… Me has dejado verdaderamente pasmado. Lo malo es que ahora cada vez que agarro la lapicera para empezar alguna cosa, me pregunto afligido: ‘Y esto, ¿lo haré en estilo indirecto, o me quedo del otro lado y le cedo la palabra a un narrador fingido?’. Son dudas terribles, Anita, capaces de paralizar cualquier impulso, por más cronopio que uno sea. Yo no sé lo que va a pasar. ¿Abro una rotisería y me quedo en paz por el resto de mis días? Una rotisería es siempre en estilo directo, creo. No hay problemas. La idea empieza a tentarme, aunque me falta el capital…”

Cartas 1 – Cortázar
Pág. 418

5 comentarios:

Anónimo dijo...

uy decime cuál es la peli de la q posteaste una foto más arriba q me estoy muriendo de intriga -yo y mis lagunas-; sé q la ví pero no recuerdo bien, se me cruza una película media bizarra de zombies, no sé.

g.-

c. dijo...

Mi vida sin mí, que no es de zombies, precisamente...

si no la viste o no la recordás (imposible?) mirala un día con un ánimo bien sólido.

Anónimo dijo...

ah si, la recuerdo; tiene los cinco minutos de comienzo más intensos q recuerde en una película. será el actor, será q me hizo recordar a otra peli.

bueh, mi laguna ya es océano.


salud.

g.-

c. dijo...

ah, hola! sos vos...
ya hablamos de esto? no son sólo esos 5 minutos, insisto.

(y alegría!)

Anónimo dijo...

5 minutos pasaron entre respuesta y respuesta, q loco; como dice el amigo baudrillard (y otrxs) la instantaneidad de la (in)comunicación deja al organismo fuera de toda posibilidad de procesar los datos, por ende, ante una implosión virtual/ potencial.
q delirante, pero bueh.
delirar es deconstruir el discurso espectacular, en fin.

salud y alegría.

g.-