“Yo soy parte de mi pueblo y le debo lo que soy,
hablo con su mismo verbo y canto con su misma voz”.
Alberto Castillo
Aunque ya esté terminado. No importa. Me gustaron las palabras de Fontanarrosa: “Me resisto a tomar esto como un cierre; acá no se cierra nada sino que es un envión para nuevos encuentros”.
A pesar de la enorme polémica que generó, se llevó a cabo, en Rosario, el III Congreso Internacional de la Lengua Española. (La presidente honorífica de este Congreso fue Cristina Kirchner; organizado por la RAE, Instituto Cervantes, con visita de los Reyes de Espania y todo). En paralelo, también se llevó a cabo el Congreso de LaS LenguaS, organizado en defensa de una pluralidad de lenguas y presidido por Adolfo Pérez Esquivel.
Estuve leyendo durante toda la semana las notas en los diarios argentinos, a propósito del Congreso. O de los Congresos. La risa me duró tres días. Ya se, me dirán que se pelean espacios de poder. Pero algunas detalles fueron más propios del conventillo. Aquí, algunas cosas que rescaté, de las que me divirtieron y de las que me conmovieron:
Alberto Castillo
Aunque ya esté terminado. No importa. Me gustaron las palabras de Fontanarrosa: “Me resisto a tomar esto como un cierre; acá no se cierra nada sino que es un envión para nuevos encuentros”.
A pesar de la enorme polémica que generó, se llevó a cabo, en Rosario, el III Congreso Internacional de la Lengua Española. (La presidente honorífica de este Congreso fue Cristina Kirchner; organizado por la RAE, Instituto Cervantes, con visita de los Reyes de Espania y todo). En paralelo, también se llevó a cabo el Congreso de LaS LenguaS, organizado en defensa de una pluralidad de lenguas y presidido por Adolfo Pérez Esquivel.
Estuve leyendo durante toda la semana las notas en los diarios argentinos, a propósito del Congreso. O de los Congresos. La risa me duró tres días. Ya se, me dirán que se pelean espacios de poder. Pero algunas detalles fueron más propios del conventillo. Aquí, algunas cosas que rescaté, de las que me divirtieron y de las que me conmovieron:
- Tizón sobre Perez Esquivel.La actitud del señor Pérez Esquivel a mí me sorprende, porque no me consta que él conozca una palabra de mapuche, guaraní, quichua o aymara, que tenga algo que ver con la cultura de las minorías aborígenes de la Argentina. Yo sí lo tengo, porque pertenezco a la única región del país en la que hay una verdadera cultura aborigen.
- El mexicano Carlos Fuentes: “La literatura no sólo expresa la realidad, la crea: se dirige a la vasta reserva de lo no dicho, lo que no hemos terminado de decir”.
- Ernesto Cardenal era el que lucía más relajado: con sandalias, boina y jeans, el nicaragüense leía un libro sin inmutarse por los rumores y el cuchicheo entre sus pares.
- Algunos escritores participaron de ambos congresos.
- “Por el lenguaje se define mi presencia en el mundo”, confesó el nonagenario narrador español Francisco Ayala, encargado de inaugurar los discursos, en un mensaje grabado que fue proyectado en el teatro. “Mi larga vida está embarrada por el uso del idioma, de este idioma español que he tenido la suerte de practicar en mi tierra europea como en la generosa extensión del territorio americano.”
- Otra vez Carlos Fuentes: “El contagio, asimilación y consiguiente vivificación de las lenguas del mundo es inevitable y es parte inexorable del proceso de globalización”. Además: “Que la lengua española ocupe el segundo lugar entre las de Occidente da crédito no de una amenaza, sino de una oportunidad. No de una maldición, sino de una bendición: el español ofrece al mundo globalizado el espejo de hospitalidades lingüísticas creativas, jamás excluyentes, abarcantes, nunca desdeñosas.”
6 comentarios:
Pensaba: cuánto malentendido. Y cuánta injusticia, a veces.
Me acordé cuando conocí a Ernesto Cardenal, en Managua. Estaba con esa especie de uniforme: su boina negra, su túnica clara. En su casa vendía pinturas de Solentiname. Bajó indiferente de su 4 por 4 reluciente. Yo iba con una carta para él de Antonio Puigjané, que estaba en la cárcel. Me resultó arrogante, una especie de soberbio propietario de las virtudes revolucionarias. No me gustó conocerlo, y se lo dije. No le agradó que se lo dijera. Más allá de las injusticias del Papa con él, y de sus Salmos y sus apasionantes poemas, sentí que estaba frente a un hombre casi distante; como para quien la historia ya no tiene demasiada aventura, ya está interpretada.
Pero la lengua también es posibilidad, y eso lo hacemos (o lo malogramos) a diario.
Ha venido la primavera
E.Cardenal
Ha venido la primavera con su olor a Nicaragua:
un olor a tierra recién llovida, y un olor a calor,
a flores, a raíces desenterradas, y a hojas mojadas
(y he oído el mugido de un ganado lejano...).
¿O es el olor del amor? Pero ese amor no es el tuyo.
Y amor a la patria fue el del dictador: el dictador
gordo, con su traje sport y su sombrero tejano,
él fue el que amó la tierra y la robó y la poseyó.
Y en su tierra amada está ahora el dictador embalsamado
mientras que a ti el Amor te ha llevado al destierro.
Cardenal hizo su paso también por Bs. As. Obvio. Leí unas notas en los diarios. Y con un poco de incomprensión me pichó escuchar que dijera esto:
El poeta, que fue ministro de Cultura de la revolución en 1979, ante una pregunta del público criticó duramente a la dirigencia sandinista actual de Nicaragua: “Les ha pasado lo que les ocurre a muchos partidos revolucionarios: se burocratizan y de revolucionarios no les queda nada”.
Me sonó a superioridad de quien creyó haber vivido los tiempos MAS interesantes de la historia. Y de quien cree que ya está todo hecho. Eso me da mucha bronca!.
La otra noche miraba unas diapositivas del viaje de un amigo a Nicaragua. No se, de a poco todo se va multiplicando y Nicaragua es más que Rubén Darío, Monterroso, Cardenal y Sandino. Qué belleza.
Qué hermoso que escribe Ernesto Cardenal!! Nunca se va del todo de mi lado "Vida en el amor", creo que uno de sus primeros libros, escrito cuando todavía era discípulo de Thomas Merton. Empieza así: "Todas la cosas se aman. La naturaleza toda tiende hacia un tú".
Pienso en Nicaragua... una belleza entera, hecha de paisajes verdes intensos, de pisadas de garrobos por los techos, de montañas amables y de volcanes como prójimos, de lagartijas en los livings (y arañas apresuradas), de sinfonías de pájaros, de alborotos de monos... de zancuados!! (cuánto temí al dengue en esas tardecitas plagadas de mosquitos). Hecha de gente luchadora, por muy largo tiempo, en una muy larga dignidad.
(Se me está haciendo largo...). Pensaba también en lo de Chris... Siempre me llamó la atención una contradicción. Los wichís apenas si hablan la lengua "castellana?", o la hablan mal, incluso los maestros bilingües. Como una estrategia para mantenerlos aislados de pugnas por el poder, o de la posibilidad de pronunciar su voz en el espacio público (a lo que ha contribuido mucho la iglesia anglicana). Los niños mapuches, en cambio, se niegan a aprender el mapu-zungú (su lengua). Quizás con espíritu de sobrevivencia, aprendieron -tristemente- a negarla. ¡Cuánto de injusticia atraviesa la lengua! Y cuánto de miedo, también. No sólo es paisaje exótico, sino una radical posibilidad de la vida.
Chris, yo no estoy segura de nada. Tampoco de esa idea de "respeto", que decís. Me parece importante saber que la lengua es mucho más que un detalle, que un aspecto folclorico. Me gusta mucho el castellano... mucho, mucho. Cada vez que me puse a estudiar otra lengua, supe, en seguida nomás, que nada me gustaba más que mi idioma. Y que nunca podría decir lo que me mueve las tripas en otra cosa que espaniol.
Y como es entonces un elemento de poder, me gusta pensar la lengua como herramienta. Sobre todo para pelearle al sometimiento.
Chris, yo no estoy segura de nada. Tampoco de esa idea de "respeto", que decís. Me parece importante saber que la lengua es mucho más que un detalle, que un aspecto folclorico. Me gusta mucho el castellano... mucho, mucho. Cada vez que me puse a estudiar otra lengua, supe, en seguida nomás, que nada me gustaba más que mi idioma. Y que nunca podría decir lo que me mueve las tripas en otra cosa que espaniol.
Y como es entonces un elemento de poder, me gusta pensar la lengua como herramienta. Sobre todo para pelearle al sometimiento.
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