domingo, octubre 15, 2006

7 comentarios:

Anónimo dijo...

cuántos planes, cuántos planes, hechos espuma...

Anónimo dijo...

hoja de ginko, dedos finos, y la historia milenaria y breve, anarquía de instantes, como este en que recibes mi cárcel y la devuelves (sin quererlo siquiera) en aire de libertad

c. dijo...

vamos: dad la cara!

(me muero de intriga por saber! son lindas todas esas palabras juntas).

Anónimo dijo...

(he sido el segundo, pero no el primero)
y aquí tienes mi cara... ¿logras verla? para que en ella mires el rostro que quieras

c. dijo...

si miro el rostro que quiero puede que coincida.y no. o las dos cosas.

(no sirvo para el misterio, me mata la ansiedad)

Anónimo dijo...

No soy yo el primero, ni tampoco el segundo, pero el cuarto me confirma una sospecha que tenía: que no se trataba de la misma persona. ¿Una legión de anónimos es lo mismo que una legión anónima? Develado un misterio, ¿se sabrá algo alguna vez de los demás? ¿Qué pensará el anónimo del otro anónimo? ¿Qué pensarán ambos de este nuevo anónimo que ahora mismo los piensa a ellos?

Anónimo dijo...

el último anónimo no puede ser Borges, pero (acaso sin saberlo) en el arcano mundo de las palabras, se le parece.