Decí que un tere de limón (alla Gallero) lo cura todo: porque, qué mufa con esto de ocuparse de lo doméstico. Lavar ropa, zapatillas (ver qué poco duraron sin despegarse), colgar, descolgar, lavar platos, juntar la comida que obstinadamente Nina tira al piso, uf. Y encima eso de ir al Parque Centenario* porque no lo conocía. Y los comentarios de los vecinos del edificio al verme con Nina: "eh, quién saca a pasear a quién?". Y tenés razón, pero no tengo ganas de hablar ni de escuchar tus comentarios. Creo que igual el malestar viene por las dos últimas noches mal dormidas. Y anoche, en el cumple, muchas cosas graciosas. Fui con pocas expectativas, cansancio y anotación mental: paso un rato y me vuelvo. El sábado había sido yoga-Palermo, too much. Y me re enganché con la onda, sobre todo hacia el final. Y chistes y lucidez y códigos (casi nerd) como ese, sobre el final, confesión: cómo escribió cada uno De Saussure la primera vez que lo oyó en el c.b.c. Entonces Desosiur, De Soisoire, etc.etc.
Volvimos ya con la luz del día, risas cansadas y humo dulce otra vez.
* Parque Centenario. Lo arreglaron. Hay pasto en todos lados, flores, nueva laguna artificial y mucha reja. Hay como un camino de circunvalación. La reja lo separa del adentro. Allí pasean o están nomás los resentidos que no podemos entrar con los perros, los que quieren jugar al fútbol y la resistencia. Muy pipí-cucú pero un asco esta tendencia a la jaula verde. Además una feria adentro y otra afuera (más grande y menos artesana). Me gustó mucho una cartera de cuero.
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