anoche, después de la cena fraternal, decidí que de hoy no pasaba la inmensa lista postergada. todo en el barrio, por suerte, pensé. error. paso por el cerrajero de costumbre pero éste no retornó de sus vacaciones (marplatenses, asumo). voy al herrero de los horarios raros y tampoco. al veterinario y está llegando. fuck. trato de evitar el pensamiento: hoy todo mal. veo otra cerrajería. voy. copias para la tercera. no conocés un herrero, por acá?. copado. vuelvo al vet. vacuna, revisación y pipeta. (la enumeración de 3 es siempre perfecta: la yerba, el mate y la bombilla, ponele). a casa, a probar a las llaves, siempre con la puerta abierta, es el rezo de esta gente. atasco. 10 minutos de intentos acalorados. nada. puteando vuelvo, pero ya me llevo la silla de pc - con soguita tipo correa- al herrero, que es ahí nomás. el tipo no está. interpelo a la tarotista de la esquina. ya viene, vaticina. lo espero y aparece. le explico. vuelvo. a ver qué me salió en las inscripciones. 2 de 4. fuck. el sistema siu del orto está atascado también. viene el cerrajero. ah no, tengo que volvertela a hacer, pasá después. todo esto en hora y media. y todavía me falta el recorrido oeste del barrio (las cosas más importantes). monday, monday.