martes, marzo 11, 2008

El viaje inminente. La prevención totalitaria. La paranoia colectiva. El riesgo. Anoche uno, aún sin su traje de médico, me convenció. Esta mañana el cómo, dónde, cuándo. Y sobre las diez salí.



Impensado. Los recién llegados quedábamos boquiabiertos. A no dramatizar, pensé. Después de todo había ocasión de mirar y mirar para todos lados. También estaban los chicos de la UCA asoleándose en la terrasse de algún Coffee Store.


Además en Puertou Maderou hay un tranvía divino y eso lo amenizaba todo. Y, en serio, no podía parar de leer. Como posesa.


No se engañen: era delicioso estar ahí, leyendo, con el sol haciéndome un mimito de otoño en la espalda. Para algunos, véase, hacía frío.



La fila avanzaba, inexorable, y a mi me empezaba a dar nostalgia.


Acá me quedé sin pilas, naturalmente. Justo cuando empieza una parte jugosa. Estamos en un patio interno, desde donde se ven sobresalir los árboles de las veredas. Uno pide los documentos y avancen, por favor. Seguimos en fila. Falta poco. El que da el pase definitivo a la sala de vacunación vocifera: ocho más, avancen. (Uno, dos, tres). Vacuna-vacuno-ganado. Corta justo antes de mi. Me quedo primerita. Tiene 3 dientes chanfleados.
-Todos los días es así?, le pregunto.
-Sí, es una desgracia, para ustedes y para nosotros. 4000 por día vacunamos. $210 vale cada pinchazo. Esto nos va a fundir como país. A Brasil le compramos las dosis. El problema es que agarre la Mesopotamia. En Misiones, así, puf, caen los monos. La culpa la tiene Brasil, de allá viene esta peste. Nosotros queremos impedir que esto avance. Esto nos va a fundir... si no cuidamos la ecología en el 2050 no va a quedar un ser humano. Me hijo es Ingeniero Químico, estudió en la UTN, en Avellaneda...


Ahí dejé de prestarle atención. No podía retener más y quería recordarlo todo y se agolpaban varias preguntas (¿nosotros? ¿monos, en Misiones?¿qué pensará que es Misiones? ¿nosotros?¿Brasil tiene la culpa y vende la solución? y así).

- Mandános más, se escucha una voz, desde adentro.
- Uno, dos, tres...

Nomás me pincharon me sentí súbitamente débil. Después de todo es una aguja atravesándote la piel, no jodamos. Pero la mujer tenía mano.
Después de cuatro mil de cualquier cosa tenés mano, pensé, y crucé Ingeniero Huergo.


y justo después...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

che, que interesante todo. no se me había ocurrido indagar acerca de ello. como te decía el otro día, pensaba más el "retorno" de la fiebre ésta como una expresión más de la pobreza, inducida claro, en los márgenes del país. pensarlo como producto de la degradación ambiental, otra forma de la pobreza, es muy interesante.

y sí, es re feo q te vacunen. yo soy terriblemente maricón igual, pero bueh...

¿en serio en misisones no hay monos? jaja, era broma...

abajo puertou maderou. abajo las torres del capital.

salud y alegría.

c. dijo...

http://elmbygua.blogspot.com/