lunes, junio 30, 2008
jueves, junio 26, 2008
de los shoppings ya se habló mucho. las librerías en los shoppings son todavía más deprimentes pero a mi no me quedaba otra porque un libro que se llama camiones: los modelos más emblemáticos de la historia sólo puede hallarse ahí. y porque me había armado un camino de postas -santa fe hacia el río- para localizarlo, sí o sí. (ésas cosas tienen los encargos). voy derecho a atención al cliente. la librería, por favor. arremeto: camiones blablaba. ¿es para adultos? sí. busca y rebusca en la mesa de los libros grandes: hay. alivio, me relajo. para aprovechar el encargo y la encomienda que aún tengo que producir -y porque tengo allá a todos obsesionados con salvatierra- pregunto qué tienen de mairal. al librero desorientado le costó bastante ubicarlo. yo chusmeaba acá algo de manguel, allá un hermoso libro de monet mientras en el mostrador la vendedora decía, para regalo? sí, para una chica, confiesa el joven. ah, le gusta evita. sí, a ella, yo soy radical. yo, que escuchaba mientras miraba por arribita nomás las mesas, casi no me contuve. el vendedor se ufanaba, reconozco, pero sólo susurraba salvatierra, mmkmdfdf, mai... y yo esperaba, sonreía por lo que acababa de oír, tarareaba algo. sabés? dejá nomás. ya tenía en mis manos villa celina. abro el ejemplar sin envolver y en la solapa: el chico de los anillos, ana! el mensajero en la noche de la sorpresa inconmensurable. así que ése es el famoso incardona, se calma el pulso. ah, te gustan "los relatos urbanos", me interrumpe. eh, qué? dejame mostrarte una colección nuevita, se agacha, busca y me da unos libritos sencillos. sasturain dirige. ah, bueno, sí, no se. pero gracias. y digo, qué más da, les mando esta selección de cuentos con entrevistas, ver para leer, que también les va a gustar.
salgo. parada obligada: éste pan, empanadas de calabaza, milanesas de avena y mijo. stop.
camino hacia el colectivo, contenta, escuchando música (yo también volví a escuchar música en la calle, sabés). veo la canasta y con la canasta al chipero. cuánto está la chipa, dos pesos, la última. entonces tengo suerte, dije, desoyendo a mi mamá. gracias. y sigo, todavía más contenta, pensando que desoír y recordar tiene algo de estar juntas.
salgo. parada obligada: éste pan, empanadas de calabaza, milanesas de avena y mijo. stop.
camino hacia el colectivo, contenta, escuchando música (yo también volví a escuchar música en la calle, sabés). veo la canasta y con la canasta al chipero. cuánto está la chipa, dos pesos, la última. entonces tengo suerte, dije, desoyendo a mi mamá. gracias. y sigo, todavía más contenta, pensando que desoír y recordar tiene algo de estar juntas.
A Ana María Barrenechea
“París, 21 de marzo de 1960
Querida Anita:
(…)
A todo esto vos me has sumido en la más profunda de las estupefacciones, porque en este mundo uno cree conocerse un poco, y un buen día aparece una persona que a uno le merece el más alto de los respetos, y esa persona empieza a decir cosas de uno que no se sospechaba en lo más mínimo. Imaginate mi asombro y casi mi pavor al enterarme, gracias a tus clases, que yo suelo abundar en el estilo indirecto libre, o que me agazapo en forma de narrador fingido, sin contar que a veces me planto en el estilo directo… Me has dejado verdaderamente pasmado. Lo malo es que ahora cada vez que agarro la lapicera para empezar alguna cosa, me pregunto afligido: ‘Y esto, ¿lo haré en estilo indirecto, o me quedo del otro lado y le cedo la palabra a un narrador fingido?’. Son dudas terribles, Anita, capaces de paralizar cualquier impulso, por más cronopio que uno sea. Yo no sé lo que va a pasar. ¿Abro una rotisería y me quedo en paz por el resto de mis días? Una rotisería es siempre en estilo directo, creo. No hay problemas. La idea empieza a tentarme, aunque me falta el capital…”
Cartas 1 – Cortázar
Pág. 418
“París, 21 de marzo de 1960
Querida Anita:
(…)
A todo esto vos me has sumido en la más profunda de las estupefacciones, porque en este mundo uno cree conocerse un poco, y un buen día aparece una persona que a uno le merece el más alto de los respetos, y esa persona empieza a decir cosas de uno que no se sospechaba en lo más mínimo. Imaginate mi asombro y casi mi pavor al enterarme, gracias a tus clases, que yo suelo abundar en el estilo indirecto libre, o que me agazapo en forma de narrador fingido, sin contar que a veces me planto en el estilo directo… Me has dejado verdaderamente pasmado. Lo malo es que ahora cada vez que agarro la lapicera para empezar alguna cosa, me pregunto afligido: ‘Y esto, ¿lo haré en estilo indirecto, o me quedo del otro lado y le cedo la palabra a un narrador fingido?’. Son dudas terribles, Anita, capaces de paralizar cualquier impulso, por más cronopio que uno sea. Yo no sé lo que va a pasar. ¿Abro una rotisería y me quedo en paz por el resto de mis días? Una rotisería es siempre en estilo directo, creo. No hay problemas. La idea empieza a tentarme, aunque me falta el capital…”
Cartas 1 – Cortázar
Pág. 418
miércoles, junio 25, 2008
martes, junio 24, 2008
sábado, junio 21, 2008
jueves, junio 19, 2008
Apacibles, en su reino seráfico, estables en su crédulo corazón. Así, esta mesa domina el arte de persistir en su sitio. La inercia es el compromiso de la materia. No obstante, no parecen ajenos a nuestra conciencia.
Su silencio ejemplar mide la inocencia pero a veces, en medio de la noche, crujen y gimen sus tendones más débiles buscando su reposo natural.
De este modo, revelando sus pesadillas su oscura dramaturgia nos recuerda la responsabilidad humana de no haber creado sino cosas mortales.
De este modo, revelando sus pesadillas su oscura dramaturgia nos recuerda la responsabilidad humana de no haber creado sino cosas mortales.
dramaturgia de los objetos
J. Giannuzzi
J. Giannuzzi
martes, junio 10, 2008
lunes, junio 09, 2008
viernes, junio 06, 2008
miércoles, junio 04, 2008
si no lo hubiera tirado hoy habría acá una foto de un papelito que escribí el sábado y decía:
a simón: sabés, pensé que nunca sentiría ganas de huir del pacha. hasta hoy.
y ahora esta noticia.
(no era vana esa tristeza anticipada).
a simón: sabés, pensé que nunca sentiría ganas de huir del pacha. hasta hoy.
y ahora esta noticia.
(no era vana esa tristeza anticipada).
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