Recién entro, de casualidad, al diario y me entero de lo que pasó en Carmen de Patagones.
La distancia no mitiga el dolor, un pito. Lo mismo siento una piedra negra en el alma.
miércoles, septiembre 29, 2004
lunes, septiembre 27, 2004
transportarse en Berlin
Inevitable no comparar Berlin con Buenos Aires. Al menos por ahora.
El sistema de transporte es uno de los ejes que más distancian a una metrópolis de otra (por mucho Diálogos Berlin - Buenos Aires que haya).
Hay 9 líneas de U-Bahn (subte o metro) y 13 de S-Bahn (trenes) que recorren por arriba y por abajo la ciudad. Además hay tranvías y buses. Y por supuesto, unos infaltables taxis (todos Mercedes Benz!) color beige.
De más está decir que los trenes son todos eléctricos, que casi no emiten ruidos, que están calefaccionados, tapizados y limpios, y que en cada estación hay una grilla con los horarios que permiten al pasajero calcular tiempo y distancia prácticamente sin margen de error. (Eso sí, también te quita una excusa: "disculpá, no llegué antes porque el subte se paró". Este argumento no sirve por aquí. Lo lamento, a inventar otra cosa.)
Otra cuestión llamativa es que nadie, en ningún lugar, controla que hayas comprado el boleto. Es decir, se da por sentado que todos los que están a bordo de algún medio de locomoción han pagado por ello. Eventualmente algún agente de control (suena como en las películas, a que sí?) chequeará lo que presupone: que todo está en orden. (Cabe aclarar que la multa es bien, bien cara). Y por último, pero asumiendo que ya lo dedujeron, el sistema de boletos está centralizado. Todos los tickets sirven en todos los transportes.
En fin, que comparar es odioso.
El sistema de transporte es uno de los ejes que más distancian a una metrópolis de otra (por mucho Diálogos Berlin - Buenos Aires que haya).
Hay 9 líneas de U-Bahn (subte o metro) y 13 de S-Bahn (trenes) que recorren por arriba y por abajo la ciudad. Además hay tranvías y buses. Y por supuesto, unos infaltables taxis (todos Mercedes Benz!) color beige.
De más está decir que los trenes son todos eléctricos, que casi no emiten ruidos, que están calefaccionados, tapizados y limpios, y que en cada estación hay una grilla con los horarios que permiten al pasajero calcular tiempo y distancia prácticamente sin margen de error. (Eso sí, también te quita una excusa: "disculpá, no llegué antes porque el subte se paró". Este argumento no sirve por aquí. Lo lamento, a inventar otra cosa.)
Otra cuestión llamativa es que nadie, en ningún lugar, controla que hayas comprado el boleto. Es decir, se da por sentado que todos los que están a bordo de algún medio de locomoción han pagado por ello. Eventualmente algún agente de control (suena como en las películas, a que sí?) chequeará lo que presupone: que todo está en orden. (Cabe aclarar que la multa es bien, bien cara). Y por último, pero asumiendo que ya lo dedujeron, el sistema de boletos está centralizado. Todos los tickets sirven en todos los transportes.
En fin, que comparar es odioso.
domingo, septiembre 26, 2004
el diario hablaba de tí...
Berlín es una ciudad marcada: lleva su historia encima en cada esquina; desata el pensamiento y la memoria de cualquiera que la transite, sea berlinés, alemán, europeo o extranjero. El siglo XX se ha jugado en sus calles, que han visto pasar ejércitos vencedores y otros en fuga, movilizaciones revolucionarias y turbas fascistas. En su intensa trayectoria cultural, resuenan los mejores intérpretes musicales y el grito del verdugo, coexisten la filosofía y la quema de libros. Sus sitios de poder han sido el centro del mayor genocidio perpetrado por el hombre en su historia.
Marcelo Brodsky
Esto lo encontré hoy, leyendo un rato Página12.
Y, ya ven, me vino como anillo al dedo, justo que hoy!.
Estoy en Berlín hace 10 días. Asistí al fin del verano y al comienzo de un otoño dorado.
Y está siendo un hermoso reencuentro con las pisadas anteriores, de allá por 2000.
Berlín sí es inmensa: tiene más menos 30 x 40km; 3.8 millones de habitantes y - lo dijo perfectamente este M.Brodsky- tiene también las huellas de la Historia en cada esquina.
Así se respira en Berlín.
la yerba, el mate y la bombilla
La yerba en el mate, al rato, de vuelve fluor!
Y yo que tan precavidamente me aseguré de traer mates, bombillas, termo (eternamente agradecida, Sil) ... hasta la yerba es - ya no argentina sino - tan misionera como yo!
Ya sé: no tuve en cuenta el agua. Pero atravesar el océano con tantísimos litros de agua hubiera sido un exceso. Y pucha! ni para consuelo tengo una explicación, porque de química no se un ápice.
En fin, espero nomás no empezar a ponerme fluor también yo.
Y yo que tan precavidamente me aseguré de traer mates, bombillas, termo (eternamente agradecida, Sil) ... hasta la yerba es - ya no argentina sino - tan misionera como yo!
Ya sé: no tuve en cuenta el agua. Pero atravesar el océano con tantísimos litros de agua hubiera sido un exceso. Y pucha! ni para consuelo tengo una explicación, porque de química no se un ápice.
En fin, espero nomás no empezar a ponerme fluor también yo.
lunes, septiembre 20, 2004
el revoltijo de mis creencias
A ver, a ver, a ver, a ver... cómo les cuento esto.
Hay algo (majestuoso) que se ve desde cualquier punto de Barcelona. Y aunque lo había visto más de una vez en fotos y folletos, el día que estuve ahí (ahí, ahí) fue, a decir verdad, la primera vez que lo veía. De qué se trata este acertijo de mala muerte? En fin, del templo de la Sagrada Familia.
Entonces: en 1882 se coloca la piedra fundamental y al anio siguiente un arquitecto catalán de apenas 31 anios, queda al frente de tamania empresa: Antoni Gaudí (que era bien loco y también muy creyente). Al poco tiempo, la llamaron "Catedral de los pobres", ya que su construcción debía financiarse exclusivamente con donativos. Hoy, la gran obra sigue en construcción y se estima que pasarán más de 20 anios para que se finalice.
Hay dos entradas posibles: la fachada de La Pasión y la fachada de El Nacimiento. Pero es imposible entrar sin temer cualquier tipo de desborde emocional. Y una vez puestos los pies dentro... la obra en construcción! Obreros y artesanos corriendo de aquí para allá bajo el refugio de cascos amarillos... una hermosura. Y mientras los veía no dejaba de pensar si algún nervio - en algún momento- les estaría avisando de qué cosa están llevando a cabo; si serían concientes de la forma en que están siendo parte de la historia... pero - ya sé- que quien lee actos romanticos por todas partes soy yo, y que quizás a muchos les pareciera lo mismo trabajar ahí o en la construcción de un shopping.
Aunque Gaudí murió en 1926, y aunque muchos planos fueron quemados durante la guerra civil espaniola (1936-1939) la Sagrada Familia se sigue construyendo en base a su disenio y al de otros colaboradores.
Miraba las columnas interiores que parecen árboles (hay estudios comparativos muy interesantes que dan cuenta del uso de los elementos de la naturaleza en el trabajo de Gaudí) y un remolino de sensaciones revolvió mi cabeza: recordaba la escena de Good Will Hunting en la que Robin Williams deja mudo al pedante Matt Damon hablandole del olor de la Capilla Sixtina; recordé a Benjamin (el aura), a Adorno y a Horkheimer, recordé a mis amigos arquitectos y a los demás también; pensé en la doble cuestión de - por un lado- no entender nada de arquitectura (formas hiperbólicas, helicoidales, de qué me están hablando) y - por otro- el valor del asombro ingenuo y la sensación de placer, de todas maneras; pensé - absurdamente- la (im)posibilidad de visitar ese templo sin las otras gentes...
Y percibí esa vibración de la que habla (mi hermano) Mariano cuando escuchando a Bach no le queda otra que creer que Dios sí existe.
Yo sentí esa conexión cuando casi se me sale el corazón por la boca ante las puertas de la fachada de La Pasión. Unas puertas grandes y pesadas, verdosas, hechas por otro gran artista: Josep Maria Subirachs.
También tomé el ascensor por una de las torres y subí 65 metros, más unos 15 o 25 a pie, gracias a una aterradora escalera caracol que vuelve claustrofóbico a cualquiera.
Y mientras me iba yendo, después de varias horas, en un estado de absoluta enajenación, me topo en la vereda vacía con... Chayanne. Sí, el mismo (y más segura porque había visto los afiches anunciando su recital)... me desconcertó de tal forma que con seguridad mi cara lo dijo. Y él, agradeciendome de antemano que no saliera gritando "ahí está, ahí está", me sonrió. En ese momento, en ese lugar, hubiera sido para mí mucho más normal toparme con el espíritu de Gaudí que con el popstar latino.
Hoy, entre mis deseos mundiales, está el que ustedes también puedan visitar la Sagrada Familia alguna vez.
Les dejo un link: www.sagradafamilia.org (es muy interesante asomarse a las descripciones antes de darse una vuelta).
Hay algo (majestuoso) que se ve desde cualquier punto de Barcelona. Y aunque lo había visto más de una vez en fotos y folletos, el día que estuve ahí (ahí, ahí) fue, a decir verdad, la primera vez que lo veía. De qué se trata este acertijo de mala muerte? En fin, del templo de la Sagrada Familia.
Entonces: en 1882 se coloca la piedra fundamental y al anio siguiente un arquitecto catalán de apenas 31 anios, queda al frente de tamania empresa: Antoni Gaudí (que era bien loco y también muy creyente). Al poco tiempo, la llamaron "Catedral de los pobres", ya que su construcción debía financiarse exclusivamente con donativos. Hoy, la gran obra sigue en construcción y se estima que pasarán más de 20 anios para que se finalice.
Hay dos entradas posibles: la fachada de La Pasión y la fachada de El Nacimiento. Pero es imposible entrar sin temer cualquier tipo de desborde emocional. Y una vez puestos los pies dentro... la obra en construcción! Obreros y artesanos corriendo de aquí para allá bajo el refugio de cascos amarillos... una hermosura. Y mientras los veía no dejaba de pensar si algún nervio - en algún momento- les estaría avisando de qué cosa están llevando a cabo; si serían concientes de la forma en que están siendo parte de la historia... pero - ya sé- que quien lee actos romanticos por todas partes soy yo, y que quizás a muchos les pareciera lo mismo trabajar ahí o en la construcción de un shopping.
Aunque Gaudí murió en 1926, y aunque muchos planos fueron quemados durante la guerra civil espaniola (1936-1939) la Sagrada Familia se sigue construyendo en base a su disenio y al de otros colaboradores.
Miraba las columnas interiores que parecen árboles (hay estudios comparativos muy interesantes que dan cuenta del uso de los elementos de la naturaleza en el trabajo de Gaudí) y un remolino de sensaciones revolvió mi cabeza: recordaba la escena de Good Will Hunting en la que Robin Williams deja mudo al pedante Matt Damon hablandole del olor de la Capilla Sixtina; recordé a Benjamin (el aura), a Adorno y a Horkheimer, recordé a mis amigos arquitectos y a los demás también; pensé en la doble cuestión de - por un lado- no entender nada de arquitectura (formas hiperbólicas, helicoidales, de qué me están hablando) y - por otro- el valor del asombro ingenuo y la sensación de placer, de todas maneras; pensé - absurdamente- la (im)posibilidad de visitar ese templo sin las otras gentes...
Y percibí esa vibración de la que habla (mi hermano) Mariano cuando escuchando a Bach no le queda otra que creer que Dios sí existe.
Yo sentí esa conexión cuando casi se me sale el corazón por la boca ante las puertas de la fachada de La Pasión. Unas puertas grandes y pesadas, verdosas, hechas por otro gran artista: Josep Maria Subirachs.
También tomé el ascensor por una de las torres y subí 65 metros, más unos 15 o 25 a pie, gracias a una aterradora escalera caracol que vuelve claustrofóbico a cualquiera.
Y mientras me iba yendo, después de varias horas, en un estado de absoluta enajenación, me topo en la vereda vacía con... Chayanne. Sí, el mismo (y más segura porque había visto los afiches anunciando su recital)... me desconcertó de tal forma que con seguridad mi cara lo dijo. Y él, agradeciendome de antemano que no saliera gritando "ahí está, ahí está", me sonrió. En ese momento, en ese lugar, hubiera sido para mí mucho más normal toparme con el espíritu de Gaudí que con el popstar latino.
Hoy, entre mis deseos mundiales, está el que ustedes también puedan visitar la Sagrada Familia alguna vez.
Les dejo un link: www.sagradafamilia.org (es muy interesante asomarse a las descripciones antes de darse una vuelta).
viernes, septiembre 17, 2004
Hace rato ya quería empezar pero lo cierto es que no paré un segundo desde que llegué. Y eso es una buena senial, después de todo.
Estuve exactamente diez días en Barcelona y fue recién un primer vistazo en esa ciudad preciosa, llena de recovecos y de piedra antigua. Un panorama alucinante, a decir verdad, con tanto para ver...!
Estuve parando en casa de Chris y Gabi, que resultaron ser unos anfitriones excelentes. No es que esperaba menos, pero me deslumbraron. Fede también hizo lo suyo, pero está más que ocupado por estos días.
Barcelona no es una ciudad muy grande. Son más o menos 2 millones de habitantes fijos (el resto lo habita en movimiento constante: los turistas!). La ciudad está contenida por el mar de un lado y la montaña del otro. Y lo que no tiene de grande, lo tiene de antigua: existe desde el año 1000, o antes. Entonces, hay mucha construcción medieval y mucha arquitectura moderna, tambien. Todo eso convive en armonía.El catalán - lengua de toda la zona de Catalunia- no es tan dificil y es
el idioma oficial en las escuelas. Dicen los que no son catalanes, que estos nunca hablaran bien el castellano, pero eso es pica entre ellos y yo no me meto.
La casa donde estuve queda en el barrio de Gràcia, que es un sitio antiguo,
en la parte norte de la ciudad. De hecho, hace muchos, muchos anios, era otro pueblo, que después se anexó a Barcelona.
La parte del barrio Gótico (el casco antigo- Ciutat Vella) es la que sale en casi todas las pelis con escenografía Barcelona (Todo sobre mi madre, Piso compartido, etc.). Y es que en general, Barcelona se parece a un set de filmación. No precisamente porque la gente se pasee haciendo poses como en una vidriera (en ese sentido es lo opuesto a otras ciudades que conozco) sino porque es linda, tiene encanto.
Barcelona es bohemia y es también canalla. Este último es un adjetivo que le sienta bien. Así, en un bar (se cuentan por miles!) hay unos jóvenes posmo, al lado un albanil y más atrás una senora con su nieta. Claro que hay sectores más chetos, más exclusivos, y gente que no puede gastarse €1 en una cerveza, pero la gran mayoría vive bien, distendida.
Sólo pensar en Barcelona me pone contenta, ya que allí han vivido y desarrollado su obra tres de mis artistas favoritos: Gaudí, Miró y Dalí. Así es la cosa por Barcelona...
Gente querida, por ahora no agobio más.
Todavía quedan muchas cosas por contar y muchas más por vivir!
ps1. el relato de mi visita a la Sagrada Familia vendrá pronto. Es casi la historia de mi creencia en Dios a partir del arte.
ps2. Que si en el barrio Gótico hay olor a pis? Sí, como en el Borne y en el Raval. Y tambien olor a humedad porque apenas entre el sol en esas callejuelas estrechas.
Estuve exactamente diez días en Barcelona y fue recién un primer vistazo en esa ciudad preciosa, llena de recovecos y de piedra antigua. Un panorama alucinante, a decir verdad, con tanto para ver...!
Estuve parando en casa de Chris y Gabi, que resultaron ser unos anfitriones excelentes. No es que esperaba menos, pero me deslumbraron. Fede también hizo lo suyo, pero está más que ocupado por estos días.
Barcelona no es una ciudad muy grande. Son más o menos 2 millones de habitantes fijos (el resto lo habita en movimiento constante: los turistas!). La ciudad está contenida por el mar de un lado y la montaña del otro. Y lo que no tiene de grande, lo tiene de antigua: existe desde el año 1000, o antes. Entonces, hay mucha construcción medieval y mucha arquitectura moderna, tambien. Todo eso convive en armonía.El catalán - lengua de toda la zona de Catalunia- no es tan dificil y es
el idioma oficial en las escuelas. Dicen los que no son catalanes, que estos nunca hablaran bien el castellano, pero eso es pica entre ellos y yo no me meto.
La casa donde estuve queda en el barrio de Gràcia, que es un sitio antiguo,
en la parte norte de la ciudad. De hecho, hace muchos, muchos anios, era otro pueblo, que después se anexó a Barcelona.
La parte del barrio Gótico (el casco antigo- Ciutat Vella) es la que sale en casi todas las pelis con escenografía Barcelona (Todo sobre mi madre, Piso compartido, etc.). Y es que en general, Barcelona se parece a un set de filmación. No precisamente porque la gente se pasee haciendo poses como en una vidriera (en ese sentido es lo opuesto a otras ciudades que conozco) sino porque es linda, tiene encanto.
Barcelona es bohemia y es también canalla. Este último es un adjetivo que le sienta bien. Así, en un bar (se cuentan por miles!) hay unos jóvenes posmo, al lado un albanil y más atrás una senora con su nieta. Claro que hay sectores más chetos, más exclusivos, y gente que no puede gastarse €1 en una cerveza, pero la gran mayoría vive bien, distendida.
Sólo pensar en Barcelona me pone contenta, ya que allí han vivido y desarrollado su obra tres de mis artistas favoritos: Gaudí, Miró y Dalí. Así es la cosa por Barcelona...
Gente querida, por ahora no agobio más.
Todavía quedan muchas cosas por contar y muchas más por vivir!
ps1. el relato de mi visita a la Sagrada Familia vendrá pronto. Es casi la historia de mi creencia en Dios a partir del arte.
ps2. Que si en el barrio Gótico hay olor a pis? Sí, como en el Borne y en el Raval. Y tambien olor a humedad porque apenas entre el sol en esas callejuelas estrechas.
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