lunes, septiembre 20, 2004

el revoltijo de mis creencias

A ver, a ver, a ver, a ver... cómo les cuento esto.
Hay algo (majestuoso) que se ve desde cualquier punto de Barcelona. Y aunque lo había visto más de una vez en fotos y folletos, el día que estuve ahí (ahí, ahí) fue, a decir verdad, la primera vez que lo veía. De qué se trata este acertijo de mala muerte? En fin, del templo de la Sagrada Familia.
Entonces: en 1882 se coloca la piedra fundamental y al anio siguiente un arquitecto catalán de apenas 31 anios, queda al frente de tamania empresa: Antoni Gaudí (que era bien loco y también muy creyente). Al poco tiempo, la llamaron "Catedral de los pobres", ya que su construcción debía financiarse exclusivamente con donativos. Hoy, la gran obra sigue en construcción y se estima que pasarán más de 20 anios para que se finalice.
Hay dos entradas posibles: la fachada de La Pasión y la fachada de El Nacimiento. Pero es imposible entrar sin temer cualquier tipo de desborde emocional. Y una vez puestos los pies dentro... la obra en construcción! Obreros y artesanos corriendo de aquí para allá bajo el refugio de cascos amarillos... una hermosura. Y mientras los veía no dejaba de pensar si algún nervio - en algún momento- les estaría avisando de qué cosa están llevando a cabo; si serían concientes de la forma en que están siendo parte de la historia... pero - ya sé- que quien lee actos romanticos por todas partes soy yo, y que quizás a muchos les pareciera lo mismo trabajar ahí o en la construcción de un shopping.
Aunque Gaudí murió en 1926, y aunque muchos planos fueron quemados durante la guerra civil espaniola (1936-1939) la Sagrada Familia se sigue construyendo en base a su disenio y al de otros colaboradores.
Miraba las columnas interiores que parecen árboles (hay estudios comparativos muy interesantes que dan cuenta del uso de los elementos de la naturaleza en el trabajo de Gaudí) y un remolino de sensaciones revolvió mi cabeza: recordaba la escena de Good Will Hunting en la que Robin Williams deja mudo al pedante Matt Damon hablandole del olor de la Capilla Sixtina; recordé a Benjamin (el aura), a Adorno y a Horkheimer, recordé a mis amigos arquitectos y a los demás también; pensé en la doble cuestión de - por un lado- no entender nada de arquitectura (formas hiperbólicas, helicoidales, de qué me están hablando) y - por otro- el valor del asombro ingenuo y la sensación de placer, de todas maneras; pensé - absurdamente- la (im)posibilidad de visitar ese templo sin las otras gentes...
Y percibí esa vibración de la que habla (mi hermano) Mariano cuando escuchando a Bach no le queda otra que creer que Dios sí existe.
Yo sentí esa conexión cuando casi se me sale el corazón por la boca ante las puertas de la fachada de La Pasión. Unas puertas grandes y pesadas, verdosas, hechas por otro gran artista: Josep Maria Subirachs.
También tomé el ascensor por una de las torres y subí 65 metros, más unos 15 o 25 a pie, gracias a una aterradora escalera caracol que vuelve claustrofóbico a cualquiera.
Y mientras me iba yendo, después de varias horas, en un estado de absoluta enajenación, me topo en la vereda vacía con... Chayanne. Sí, el mismo (y más segura porque había visto los afiches anunciando su recital)... me desconcertó de tal forma que con seguridad mi cara lo dijo. Y él, agradeciendome de antemano que no saliera gritando "ahí está, ahí está", me sonrió. En ese momento, en ese lugar, hubiera sido para mí mucho más normal toparme con el espíritu de Gaudí que con el popstar latino.

Hoy, entre mis deseos mundiales, está el que ustedes también puedan visitar la Sagrada Familia alguna vez.
Les dejo un link: www.sagradafamilia.org (es muy interesante asomarse a las descripciones antes de darse una vuelta).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja! q contraste maravilloso! gaudi vs chayanne! genial!
ya fusite a la oveja negra? es un pub muy conocido por allí.... pide una jarra de vino con pochoclo! (perdón! con pipoca!)
besoooooooos
mai

Anónimo dijo...

qué aire cortazariano!!!!!!! impresionante, penetrante, contagioso remolino de sensaciones...
y... ¿cómo no creer? aunque dios no fuera más que la ilusión de que la vida y la creación son, aún, posibles para el hombre (por no decir el amor)
te sigo, y me da gusto seguirte

Anónimo dijo...

Caro! qué bueno ciber-viajar con vos!!! llevanos a todos lados!!!
¿fuiste o irás al Palau de la Música? otro templo, pagano.
un besososote
cyn

c. dijo...

A ver, Maius, en esta ronda de baretos no pisé La Oveja Negra, pero en la próxima, el brindis es por vos.
Cyn, al Palau iré en la segunda o tercera ronda... (Chiquita Barcelona, pero TANTISIMO por hacer...)
Jor, gracias! pero más que un aire, apenas una brisa pobretona. Gracias igual.